jueves, 16 de abril de 2009

Los mil rostros de la dicha

Dichoso el árbol
que no se oculta detrás de un bosque;
que muestra sus frutos en primavera,
y sus tristezas en otoño.

Dichosa la piedra dura,
porque no se excusa por ser indiferente,
y acepta la soledad de su camino,
es lo que le tocos ser:
piedra.

Dichosa la hoja ciega que se entrega al viento.

Dichosa la sombra,
porque no sufre por la luz.
Dichosa la luz,
que no se oscurece.

Dichoso el placer,
que no embrutece.
Dichoso el dolor,
del que se aprende.


Dichoso el que en la oscuridad,
alcanza a ver pequeñas sombras.
Más dichosos aquel,
que en la misma situación alcanza a ver la luz

Dichoso el que sólo sabe,
Que no sabe nada.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por rescatar las metaforas y ponerlas en el mundo de los sentidos, para poder disfrutar de ellas.

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