viernes, 12 de junio de 2009

“Bon appétit”

Doctor Cianuro y su delicioso Corazón

-Claudio Cianuro, un gusto. Tome asiento por favor.
-El placer es mío doctor.
-Usted dirá.
-Por la mañana siento un dolor muy intenso en el pecho. A la noche, antes dedormir, lo mismo.
- ¿Únicamente en estos turnos le sobrevienen estos malestares?
-Sí doctor
-El corazón señorita.....
-Lucille.
-Señorita Lucille, el corazón es apenas un poco más grande que esta manocerrada.......

II

El doctor está sentado en su sillón, frente a él su escritorio al final del día: un pequeño portarretrato, carpetas, hojas sueltas, papeles, algunas lapiceras desparramadas y otras colocadas sobre un frasco. Toma un follo y saca algunas hojas de su interior. Las mira,paseando su mirada, preocupado.
Su rostro pálido luce aún más fatigado al finalizar un día laboral.Tiene una pequeña cicatriz al costado de sus finísimos y rosados labios. Sunariz, recta, parece brillar. Tiene el pelo exactamente igual a como selo arregló por la mañana; también su guardapolvo permanece impecable.Mira hacia la puerta como si esperara a alguien, como si la puerta de suconsultorio se pudiera abrir de golpe y ser acribillado por dos matones asueldo, de chaqueta negra y sombrero combinando.

Toc, toc, toc

-Adelante.

La puerta se abre. Tímidamente.
El corazón del doctor Cianuro se dilata y se contrae velozmente. Su rostroatribulado no muestra ningún tipo de reacción.

Los pacientes que visitan al doctor generalmente toman asiento en la silla queestá frente a él, en este caso la señorita se sienta en el sillón que está a suderecha. En la pared hay un cuadro: un paisaje de París. A la derecha, unamesita repleta de libros.
La mujer toma uno cuidadosamente. Claudio hace lo mismo con las hojasque tiene en sus manos. Cruzan miradas, en algunas ocasiones coinciden. Elladesliza una nota que se muere en un punto de la mesa. Por ultimo,se levanta y se retira mordiéndose los labios.

La puerta se cierra.

El doctor se acerca al sillón y toma la nota. A continuación da unospequeños pasos hacia la ventana.

"Los dos besos que me diste ayer ¿eran de dolor? ¿quién me dirá si fueron los últimos?"
Doctor Cianuro vuelve a leer sin inmutarse. Toma la pequeña hoja que conteníaese verso y la dobla con cuidado en pequeños cuadritos. Finalmente toma sumaletín y se va.
Antes de cerrar la puerta introduce el sobre en uno de sus bolsillos.

III

Cianuro llega a casa.
Sus hijos nunca corren a abrazarlo, así que no le sorprende que continúen jugando en la vereda del vecino mientras el camina hacia la puerta.
La tele está encendida y su esposa se baña.
La cena está servida.
Sin quitarse el guardapolvo, doctor Cianuro come verduras imaginando que traga distintas, y sabrosas partes, de su delicioso corazón.
La tele lo acompaña a dos metros de distancia y unos ruidos indistintos ocultanlos murmullos y las carcajadas de sus hijos. Mientras tritura su corazón,diminutas gotas de lluvia impactan sobre la piel caribeña de su esposa desnuda.

Ya acostado, Claudio soñará, rodeado por los brazos de María, que está solo en una canoa. Días y días, perdido en el mar. Desesperanzado, hambriento y sediento comerá ybeberá de lo único que tiene a su alcance en la balsa: un corazón que no parade latir en la quietud y mansedumbre de un inmenso océano.

IV

Se levanta.
Como un zombi se dirige al baño.
Lo hace todo muy lento.
Arrastrándose.
Los niños duermen, y María no despertará hasta las 8 AM. Terminade vestirse y siente la bocina de un auto.

-Buen día doctor Cianuro.

En el trayecto hacia su trabajo escribe algo que se parece a un poema.

-Hoy va a llover, doctor. ¿Tiene paraguas en su consultorio?
-Creo que hay uno.
-Voy a ver si por la tarde le traigo a mi hijo mayor para que lo vea, estos días se la pasó tosiendo.
-Los espero.
-Adiós doctor. Dios lo bendiga.

V

Que no me siento bien. Que no aguanto más. Que qué tengo. Que los remedios nofuncionan. Que si me va a curar. Que si es peligroso. Que si puede morir. Quela garganta. Que el estómago. Que la cabeza. Que el hígado. Que los intestinos.Que no tengo nada. Estas frases y otras escucha a diario el Doctor Cianuro, estedía no ha sido la excepción.
Su secretaria entra a su consultorio y le informa que no quedan máspacientes.Doctor Cianuro desarma la camilla, apaga la lamparita y guarda todos losinstrumentos que utilizó para examinar a las personas que atendió durante lamañana y la tarde; afuera se escuchan los primeros truenos, (su Chofernunca falla), sólo la luz de la oficina queda encendida.

Se sienta y aprovecha este segundo de silencio para mirar a su alrededor.

Su rostro vuelve a cobrar ese tono solemne que refleja siempre.
Diez minutos después aparecerá la misma señorita que lo visitó el día de ayer. Sin comentarios Claudio se irá dejando una hoja sobre su escritorio.

La mujer se levanta desesperadamente, choca con lo que se interpone en su paso,toma la hoja y devora su contenido sin sentarse, hasta que el impacto de lo quesiente la derrumba sobre el asiento donde hoy estuvieron sentados un gran númerode pacientes.

Llora.

Débilmente.

Con un pañuelo seca sus lágrimas y permanece en la misma posición hasta quealguien abre la puerta y le recuerda que "el doctor no atenderá hasta mañana alas 8 AM".

-Merci

VI

En la calle hace frío.
Se abraza a sí misma mientras le hace señas a un taxi.

-A la Civille, por favor.

Ve pasar edificios, restaurantes, locales de comercio, luces, personas,automóviles; siempre con su rostro apoyado en la ventanilla. Trata de nopensar, pero es imposible, se deja llevar como los barquitos de papel queviajaban por los canales de agua de las calles, ante la atenta mirada de su hermana y de ella siendo niñas.
Repentinamente comienza a llover, cada vez más fuerte.

-La Civille, señorita.

-Tome, quédese con el cambio.

Abre la puerta y la lluvia se transforma en tormenta. Las gotas de agua chocaninterrumpidamente contra el pavimento del pasaje La Civille. Se dirige a laúnica casa que no tiene encendida las luces, abre la puerta y la deja sin llave. Tira sus cosas sin ninguna dirección y entra a su habitación. Ya recostada escucha, primero la lluvia, luego las ranas.

Soñará con Claudio. Hace poco que se conocen y caminan por un parque similar alpaisaje de Francia que el doctor tiene en su consultorio. Se sientan en elpuente a contemplar la laguna y como el sol se hunde, como un puñal, lentamenteen ella.

VII

Claudio está sentado en la mesa de su hogar, tranquilo bebe cada gota de su corazón en un vaso de vino tinto.
La lluvia ha comenzado a azotar la ciudad.
La luz parpadea.
Doctor Cianuro termina de beber su corazón y se levanta para traer una vela. Losniños se han sentado en los sillones alrededor de la tele.
María y Claudio se sientan juntos, se abrazan y se ríen al unísono de las imágenes que ven.
Luego de un rato se corta la luz.
Luego, las ranas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Cosquiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin !
Carrizo esto es genial!.. en serio... me gusto mucho.... las imagenes.. todo.. los detalles me fascinan! en serio... Genial.. algo robaré de tus escritos para mi Diario de Hugo Carlino! jaa.. nos vemoss

Anónimo dijo...

muy bueno!! no lo habia leido de vago, pero ahora me hice tiempo, le dije a las chicas en el chat: esperen, y me dedique a leerlo..je
me copo el titulo, me suena a banda de rock o al titulo de una cancion, veremos como lo utilizo, con tu permiso..je
un abrazo
facu

Anónimo dijo...

EH chango muy bueno esto eh, lindo cuento che.segui asi chango vas a llegar lejos. espero q cuando tengas un libro no m lo vendas eh diego

Cany dijo...

Si cianuro no estuviera tan preocupado por su corazón comenzaría a valorar y a cuestionarse: quién lava y plancha mi guardapolvo para ir a trabajar? quién compra y cocina los vegetales que como? por qué mis hijos me ignoran? haré lo mismo con ellos que no sienten emoción al verme llegar? Si no disfruto de lo que tengo, es por la desgraciada vida que me tocó o porque no he hecho nada para que mi vida y la de quienes me rodean sea mejor?
Pero como cuento... me gusta.

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