martes, 24 de noviembre de 2009

El día que me vendí

El día que me vendí merendaba en un departamento de San Miguel de Tucumán.
Una traición suele perturbarnos: cuando la planificamos, cuando la llevamos a cabo y cuando la tenemos que ocultar; sin embargo, esa tarde, merendaba tranquilo. Reía mientras comía unas tostadas que mojaba en una tasa de Té con leche. Nada de esa merienda presagiaba lo que se venía: el departamento estaba iluminado, los presentes reíamos, todo estaba en su lugar. Everything in the right place.
Pero en otra ciudad, otra persona marcaba mi número.
Pero en otra ciudad una persona agendaba un viaje, una entrevista y un show.
Era jueves. “Otro jueves como los demás. Demasiado martes. Demasiado igual.”
Hasta que sonó mi teléfono.
-¿Hola?
-¿Cómo andás Edu? Soy Lucas Tamer- (Lucas Tamer es un productor joven de Termas de Río Hondo, trae artistas, shows y espectáculos a la ciudad).
-Eh hermano, ¿cómo va?
-Bien che, mirá te llamo porque este sábado lo traigo a Leo Matiolli al Centro Cultural, y te quería preguntar si podés hacer un programa especial sobre él y hacerle una entrevista. Te pago $50 la hora.

(Sí, $50 la hora)

En ese momento no contesté que mi programa era de Rock, que me había formado escuchando la Renga, Los Stones, Los Redondos, que pasar ese tipo de música (cumbia), para que me escuchen, o para que me paguen, constituía, en este ambiente, una traición. El tipo que no se haya formando escuchando este género, el tipo que no haya leído nunca la Rolling Stone, el tipo que no se haya conmovido nunca con un disco, con una canción, con esa forma de ver y sentir el mundo, que no haya tomado un vino o una cerveza en la vereda de una esquina de barrio hablando sobre una letra del Indio no va a entender este dilema; si siempre fue un tipo que dijo “yo escucho de todo”, no va a entender que uno sienta que se vendió por hacer un programa especial de Leo Matiolli, o que esto le parezca traicionarse.
A pesar de esa sensación que sentiría después, contesté:
-“Meta hermano, mañana arreglamos”.
Ese sábado, por temor a ponerme nervioso, lo invité a un amigo a conducir conmigo el programa. A Pablo Morales la invitación no le generó ningún dilema y aceptó.
Eran las 17:50 y yo preparaba todo en el estudio de FM 92.5 Radio Ciudad. La noche anterior Lucas me había dado un disco de Leo que tenía temas viejos que me gustaban. Arranco: “muy buenas tardes”…...
Llega Pablo. Conversamos un rato.
A las 18:30 se estaciona una camioneta lujosa.
Lo voy a recibir.
Y sí, baja Leo Matiolli y una chica.
“Bienvenidos…”. Tenía puesta una chomba rayada y un pantalón negro. Un tipo grandote este Leo Matiolli. Se sienta en el estudio, lo presento, y le hago la primer pregunta: “con qué Show se va a encontrar le gente, con qué Leo Matiolli”. Y la respuesta me sorprende: me dice que dejó de tomar pastillas por recomendación del psiquiatra, que dejó el whiskey, y que ahora tomaba agua durante el show. Epa, no me esperaba ese arranque. Que iban a escuchar canciones de todas sus etapas y algunos temas nuevos. Que no usaba Internet. Que recibía mucho cariño de la gente. Que tenía varias anécdotas con mujeres de Termas. Que la mujer era un diamante que había que cuidar. Me contó qué cantantes escuchaba cuando era joven. Que agradecía a dios por su recuperación. Que Mirtha Legrand lo había discriminado (ja). Y de un momento a otro comenzamos a reírnos. No sólo me sorprendió lo que me contaba sino que me sorprendió cómo me lo contaba: supuse que me iba a encontrar con un tipo soberbio, orgulloso, vanidoso, lleno de joyas y caprichos; pero no, el Leo Matiolli de esa tarde era un tipo sencillo que se sentía cómodo, suelto, que se reía. También conversamos con Natalia, su compañera; ella parecía más reservada, pero igual de sencilla y tranquila. Al final cantaron a capella. La vereda de la radio se llenó de changuitos que lo esperaron para pedirle autógrafos. Algo nos comentaba cuando su celular comenzó a sonar, no lo quiso atender y siguió conversando con nosotros. La persona que lo llamaba insistió hasta que finalmente atendió. Tras escuchar algo del otro lado, se despidió rápido.
Media hora después nos enteraríamos que un integrante de su banda había muerto en la habitación del hotel y que el show se había suspendido. La mina que había ganado su entrada, por participar del concurso que había hecho en el programa, no me creía. Mi viejo tampoco. Me decía que era un invento para suspender el show porque no iba a ir nadie. El único que me creyó fue un médico amigo, le comenté que aparentemente el integrante de la banda habría muerto tomando un baño termal. Y ahí me explicó algo que aprendí ese día.
Se recomienda que todas las personas se hagan una revisación médica antes de tomar estos baños, ya que como todo medicamento tiene indicaciones y contraindicaciones. El baño con agua termal resulta positivo para el tratamiento de distintos tipos de patología: enfermedades de la columna vertebral, (lumbago, ciática, etc); enfermedades crónicas de las articulaciones (fundamentalmente, artritis y artrosis); enfermedades del sistema muscular y de la piel; dependiendo de la enfermedad que se va a tratar se recomienda determinada cantidad de baños, de tiempo, y temperatura. Si la persona tiene enfermedades de órganos vitales: hipertensión, insuficiencia cardíaca, coronaria, etc, el médico es el único que está autorizado para indicar cuál es el baño correcto (cantidad, tiempo, temperatura). Lamentablemente la mayoría de las personas no se realizan revisaciones médicas antes de tirarse a la pileta del hotel, o antes de llenar las piletas de sus baños privados. Lamentablemente hay pocos especialistas que alertan sobre esto. Lamentablemente son pocos los que quieren que se difunda esta información y que se exija la presentación de un carnet que autorice que una persona puede tomar baños de agua termal, y que paralelamente indique de qué forma debe tomarlo. Lamentablemente el Estado Municipal no impulsa políticas de control y regulación en esta materia.
Dos meses después el León Santafecino volvería y tocaría en la ciudad.

1 comentarios:

Fernando C dijo...

Regreso nuevamente a la lectura de este blog, y siempre me encuento con cosas interesantes y buenas.. pero esta fue rarisimo... empese a leer la nota en voz alta, solo, y riendome de lo que estavas viviendo ese dia, hasta lagrimiar ja! pero al final de la lectura se me cambio todo y se fue al choto..ja que loco termine enterandome cuando es conveniente bañarce en aguas termales. jo! te felicito por tu traición al rock and roll, son cosas de la vida ja!!

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